Voluntariado social Europeo – Entrevistas a viajeros voluntarios.

¡Inauguramos sección de entrevistas a viajeros! Descubre el voluntariado social europeo (EVS).

En esta sección, queremos conocer a gente que ha viajado de forma en la que sabía que iba a compartir su experiencia con gente desconocida.

Que se iba sola, pero no iba a estar sola.

Lorena González es una diplomada en Psicología, que después de terminar la carrera y encontrar un trabajo que no le llenaba, decidió lanzarse a la aventura y apuntarse a un programa EVS.

Pero, ¿que es un EVS? ¿Dónde fué? ¿Cómo sabía que iba a conocer a más gente?

¡Descubre en la entrevista todo esto y mucho más de su voluntariado social europeo!

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Voluntariado social europeo ¿En qué consiste?

El Servicio de Voluntariado Europeo (EVS) es un proyecto que financia la Comisión Europea para realizar un voluntariado internacional.

El proyecto cubre

  • Desplazamientos: vuelo de ida y vuelta(al principio y el final del voluntariado).
  • Alojamiento.
  • Comida.
  • Transporte: puede ser una bicicleta o un abono de transporte.
  • Dinero de bolsillo: varía según el país al que vayas de SVE.

Hay proyectos de todo tipo: cultura, juventud, deportes, cuidado de ancianos, discapacitados e  inmigrantes, patrimonio cultural, arte, tiempo libre, educación, protección medioambiental…

Aunque hay muchas opciones donde elegir, se suelen encontrar más proyectos en el ámbito social.

¿Cuánto pueden durar los proyectos? ¿Dónde pueden ser?

Los proyectos del voluntariado social europeo pueden durar entre 2 meses o un año. Tienes desde los 17 a los 30 años para participar.

No sólo puedes elegir entre los países de la Unión Europea, puedes aplicar a países euro-mediterráneos (como Argelia o Marruecos), en los Balcanes, Países del Este y Cáucaso.

Al hacer un EVS probablemente empieces a buscar según a qué países quieres ir y luego acabes decidiéndote por el proyecto que más te motive.

Pero hay que tener en cuenta que cuanto más popular es un país, más exigentes son a la hora de seleccionar voluntarios. Es sólo cuestión de intentar e ir probando.

¿Qué requisitos se necesitan para acceder al programa EVS?

Para acceder al voluntariado social europeo se necesita ser europeo o de algún país que participe en el proyecto. Además de tener entre 17 y 30 años y poco más.

Algunos proyectos sí que piden entrevista o cierto nivel de idiomas, pero según el país los niveles de exigencia varían.

¿Cómo podría alguien interesado en hacer un voluntariado social europeo informarse o apuntarse?

Debes ir al el punto de información juvenil más cercano.

Sino en google tienes mil páginas de información.

También, existe una web oficial donde puedes buscar proyectos aprobados según país o área de trabajo.

Aun así, yo aconsejo Facebook, hay varios grupos que publican ofertas de EVS y la información de contacto.

Un ejemplo sería YesEuropa.

Así fue como yo encontré este proyecto.

Sólo hay que enviar tu currículo en inglés y una carta de motivación a la que sería la organización de envío. Ellos se encargan de enviarla a la organización de acogida.

 

¿En qué ha consistido tu trabajo?

Realicé mi SVE en un centro social (centro de jóvenes en España) de Vilnius, Lituania.

La organización engloba diversos proyectos como trabajo con discapacitados, familias, o niños y adolescentes en riesgo de exclusión social, etc.

Yo trabajé con los 3 proyectos que engloban la adolescencia:

  • Tanzitas (adolescentes de 12 a 14 años). Los niños venían a comer después del colegio, a hacer los deberes y a realizar actividades de ocio.
  • Tramplinas (adolescentes de 14 a 18). Se realiza un trabajo más profundo a nivel psicológico, haciendo círculos para hablar de nuestro estado de ánimo o qué estaba pasando en nuestras vidas. Decidíamos qué hacer para comer y entre todos repartíamos tareas para realizar la comida. Aprendíamos (me incluyo) a trabajar en equipo y a entender nuestra responsabilidad dentro de un grupo.
  • Sofke (adolescentes de 16 a 19 años). El centro abierto para los chavales de la zona que sirve de contacto con aquellos que no pueden asistir a los otros grupos.

Mi papel en este proyecto eran varios: respaldar a los trabajadores a lograr los objetivos definidos a principio de temporada, proponer actividades, crear un entorno seguro para los adolescentes, participar activamente de las tareas y actividades, ayudar con los deberes, hacerles hablar inglés y promover mi cultura (a través de comida y juegos de mi país).

Sobretodo, a hacer que perdieran el miedo a los forasteros y hacerles conscientes de que hay algo más allá de las fronteras de su barrio.

También participé en ayudar en eventos de promoción de la organización o del voluntariado europeo, pero eso ya va más allá de las tareas establecidas en el contrato.

 

¿En qué momento de tu vida decidiste lanzarte a la piscina y hacer el EVS?

Hace un año me fui por primera vez en mucho tiempo de vacaciones en verano, y me di cuenta que me había pasado todo el año estudiando y trabajando por y para ese mes de vacaciones.

No le vi sentido ninguno.

Nunca me tomé un año sabático, ni hice erasmus, ni paré para pensar si lo que hacía era lo que de verdad quería estar haciendo.

Todo había sido una línea continua y se había acabado al finalizar la carrera.

Entre la depresión post-carrera y la de los 25, me dije a mi misma que me debía el irme, irme lejos como había pensado tantas veces, dejarlo todo y empezar de nuevo en otro lugar.

Deje un trabajo bien pagado y bien considerado, un logro en la época en la que estamos, porque sabía exactamente cómo iba a ser mi vida en los próximos 5 años (trabajo, piso, pareja, casa…) y me daba mucho miedo salir de una línea para acabar en otra a un más fina que la otra.

Busqué formas de viajar al extranjero sin mucho coste (Londres y Alemania ya tienen suficientes españoles trabajando en sus McDonals) y acabé en un centro de información joven que me hablo del EVS entre otras posibilidades.

Lo vi claro.

¿Era el momento perfecto?

Era el momento perfecto para mi aunque otras personas han opinado lo contrario.

Por fin tengo el parón que necesitaba, estas vacaciones de mi propia vida para aclararme, viajar y decidir qué quiero hacer una vez vuelva a casa. Ya sea seguir viajando, vivir en el extranjero o probar suerte en España.

Ya se verá.

¿En qué momento de tu vida te encontrabas? Estudiando, trabajando….

Recién graduada en Psicología por la Universidad de Barcelona y trabajando en un Casal de Barri de Barcelona como Animadora Sociocultural.

El sueño de todo post-graduado.

 

¿Era el momento perfecto?

Si.

En ocasiones pienso que ojalá haberlo hecho antes, con 18, justo al acabar el instituto. Quizás todo hubiera sido diferente, pero no me arrepiento de haberlo hecho a mis 26.

¿Qué sentiste los días antes de irte?

Cuando leí el e-mail donde me aceptaban para el proyecto en Vilnius me dieron unos calores del infierno, ansiedad, excitación, nervios, felicidad, miedo…

Luego lo asumes, decides que sí, te vas (porque puedes renunciar a la plaza). Entras en un limbo en que le tienes que explicar a todo el mundo dónde y por qué te vas.

Para mi fueron 3 semanas de decirlo en el trabajo, a la familia, a los amigos y a los conocidos que se enteraban.

Tres semanas de gente juzgando tu decisión y cuestionándote. Gente que no entiende tu necesidad de irte cuando todo te va bien.

Al final sólo te tienes que quedar con la opinión de quien de verdad importa, quienes siempre te van a apoyar aunque no les haga felices la idea de que marches (¡lo siento mamá y papá!).

Luego empiezas a comprar cosas que vas a necesitar (en mi caso ropa de abrigo y botas de nieve). Te despides de la gente sin ser muy consciente de que en pocos días te vas y no tienes muy claro cuándo volverás.

Una burbuja en la que todo es excitante y te sientes genial. Por fin eres la que se va, tras mucho escuchar “mi hijo se ha ido a Londres” o “me voy a Australia a realizar un máster”.

Llega el día.

Tienes la maleta embarcada, los tickets y el pasaporte preparados. Te tienes que despedir de la familia y tus amigas, ahí, justo en la entrada del control de seguridad.

Lloras tanto que te cuestionas porque te has metido en tal lio. Te preguntas qué necesidad tenías de irte lejos de tu hogar, de esa gente que está llorando porque te vas.

Y das el último abrazo y pasas en control de seguridad y estás sola.

En ese momento, te das cuenta de que es verdad. Te vas y no sabes exáctamente qué te vas a encontrar una vez llegues a la ciudad de destino.

Uno de los momentos más terroríficos de mi vida.

Lo lloras, lo sufres, pero lo pasas y lo haces. Sobrevives a la pena y descubres que todo va a ir bien, que todo es nuevo y es genial y empiezas de cero.

Que por fin tienes la oportunidad de explorar otra vida, otra cultura, otro mundo.

Y no te arrepentirás jamás.

¿Dónde has estado viviendo en tu voluntariado social europeo (EVS)?

La organización proporciona una vivienda a compartir con otros voluntarios.

Un barrio de clase media-baja llamado Pasilaiciai, a 25min en bus del centro de la ciudad de Vilnius, donde los vecinos nos miran raro.. Estábamos a 10 minutos del centro social en TrolleyBus.

Una casa de estilo soviético (con su sótano incluido), 3 habitaciones, 2 baños y un salón rehabilitado como mi habitación, jardín incluido.

La casa es vieja, gris, pero una de las mejores que he visto habitada por voluntarios.

He vivido con otras tres chicas de Francia, Italia y Georgia.

 

¿Has conocido a mucha gente? ¿De dónde son?

El voluntariado social europeo es una perfecta oportunidad para conocer gente de todos lados, principalmente de la UE.

Aunque es inevitable formar un gueto español, tengo amigos de Alemania, Austria, Grecia, Georgia, Ukrania, Hungria, Rusia…  Y un largo etcétera gracias al popurrí cultural que se forma cuando formas parte de la comunidad EVS.

 

¿Cómo los has conocido?

Las reuniones planeadas por las organizaciones, salidas de varios días, los eventos de couchsurfing, de intercambio de idiomas, las fiestas,… Es muy fácil conocer gente nueva. Especialmente cuando eres voluntario. Se crea una comunidad en la que todos intentamos apoyarnos ya que partimos de la misma situación de estar solos en un país desconocido.

¿Cómo te han ayudado desde la organización que participa en el EVS?

Hay dos organizaciones que participan en el EVS, la de envío (Española) y la de acogida (Lituana).

La de envio

Se dedica a mandar tu CV y carta de motivación a la organización de acogida y a informarte si te han aceptado o no.

Una vez te dicen que si, te mandan infinidad de documentos para que te leas (seguro, youthpass, información del proyecto…). Son los responsables de realizar el contrato y de que llegue a tus manos firmado por ambas organizaciones y por ti mismo.

Antes de ir al país de acogida, una vez todo está confirmado (fechas de llegada y billetes de transportes comprados), deben realizar contigo una formación a la salida (donde te explican lo mismo que hay en los documentos pero de forma más casual).

Yo la realicé por Skype porque mi organización era de Madrid y yo de Barcelona, pero sin problemas.

Sirve para calmar tus nervios o para acentuarlos aún más, según cómo seas.

Una vez llegué a Lituania no supe mucho más de ellos. Cada X meses algún e-mail preguntando por nosotras y poco más. Tengo constancia de que entre ambas organizaciones hablaban e iban comprobando nuestra evolución en el EVS.

También piden que escribas algo para su web y promocionar el voluntariado, pero nada obligatorio.

La de acogida

La organización de acogida son mucho más visibles. Son tus máximos responsables una vez aterrizas en el país.

Dentro de la organización hay tres figuras claves:

  • el administrador. Lleva el papeleo de contratos, te da el dinero cada mes, te lleva al médico si te pones malo..
  • tu tutor. Para dudas y consejos sobre el trabajo que realizas como voluntario
  • el mentor. A quien acudes para problemas fuera del proyecto, como problemas con las compañeras de piso, la nostalgia, el choque cultural…).

En mi caso mi tutora y mi mentora eran la misma persona, y funcionó genial pero siempre tienes derecho a tener esas dos figuras separadas si quieres.

Además, la organización de acogida es quien te firma el youthpass (un currículo para reflejar las competencias adquiridas en el ámbito no-formal) y confirman los conocimientos que has adquirido durante el voluntariado.

En mi opinión la organización de acogida es la que tiene más peso en el hecho de que tu voluntariado europeo sea positivo. Para mí lo fue.

En caso de que no lo sea, la organización de envío es la responsable de solucionar los problemas entre ellos y el voluntario.

Sino, existe la Agencia Nacional, los jefes, quienes otorgan o no la autorización a las organizaciones para tener o no voluntarios, y con quienes nadie quiere problemas.

 

¿Qué ha sido lo que mas te ha gustado de Vilnius?

Es una ciudad con todos los servicios necesarios pero pequeña. Es fácil adaptarte a ella y hacerte en pocas semanas con su funcionamiento.

Además, recibe muchos voluntarios y mucho estudiante erasmus, lo que ayuda a crear una importante red social para superar los duros días de invierno y la nostalgia del hogar.

Otra cosa que me encanta es el verde. Hay bosques y lagos por todos lados. Cuando vienes de una gran ciudad eso se aprecia y se echará de menos.

 

¿Qué es lo que más te ha gustado de la cultura lituana?

Quizás sea de lo más duro de mi voluntariado social europeo.

La cultura lituana es difícil de entender. El día que pensaba “¡ah, ahora por fin los comprendo!” pasaba algo que me hacía volver a pensar en qué narices les pasa por la cabeza.

Lo bueno es que es una cultura totalmente diferente a la española. Para mí ésa era la gracia de participar en este proyecto, ver algo distinto a casa y Lituania, definitivamente, lo es.

Me gusta que es una ciudad segura, que son muy respetuosos y que aunque no lo parezca, si necesitas ayuda te la ofrecen.

Recuerdo que me perdí mi primera semana aquí, pregunté a una señora por la calle que aun no sabiendo inglés, le enseñe en google maps donde quería ir y me llevo hasta la puerta.

Nunca lo olvidaré.

 

¿Lo que menos?

No sonríen.

La desolación que sientes cuando subes en el autobús y nadie te devuelve la mirada, que te miren mal si hablas fuerte, o el miedo que tienen al contacto físico o a las emociones humanas.

El sutil o no tan sutil racismo que intentan negar pero que se refleja en el miedo de sus ojos cuando ven que no eres de aquí.

Lituania es quizás uno de los países más duros donde hacer EVS, el invierno dura 7 meses y aun estando en agosto hemos tenido quizás dos semanas de puro calor.

La gente es de mente cerrada y para nada abierta a los extranjeros o al turismo, pero todo ésto hace que la experiencia sea más gratificante. Te has ido a lo que parece otro planeta y sobrevives.

«todo esto hace que la experiencia sea más gratificante, porque te has ido a lo que parece otro planeta y sobrevives»

¿Qué has aprendido en tu estancia en el extranjero en el voluntariado social europeo?

  • Que todos tenemos los mismos problemas y necesidades.  Aunque tengamos formas diferentes de aproximarnos a ellos o solucionarlos. Al final todos nos regimos por las mismas necesidades básicas.
  • Que todos necesitamos a alguien que nos eche una mano para sobrevivir.
  • He aprendido a no sobrevivir sino a vivir y disfrutar en las condiciones menos favorables para ello, (-25 grados, lejos de casa, por tu propia cuenta). ¡Con el apoyo de unos amigos geniales!
  • Aprendes mucho de ti, de lo que eres capaz.  Si has podido irte a km de tu hogar y pasártelo bien, puedes con todo y más. Te vuelves más independiente y más exigente con lo que quieres para ti. Se vuelve más claro cómo quieres que sea tu futuro y aprendes que lo que antes creías imprescindible para vivir, en realidad, no lo es.

Estar sola es una de las experiencias más aterradoras que puedes experimentar. Es una buena forma de que cosas nuevas y buenas vengan a ti.

¿Qué sientes ahora que te falta poco para volver de tu voluntariado social europeo?

Ahora todo ese miedo que sentí en un principio me parece lógico pero innecesario.

Todo ha salido bien y siento pena en dejar la vida que tengo aquí. Aunque también estoy cansada del país y siento que ya es hora de volver y empezar nuevas cosas.

Aquí he crecido como persona y como profesional.

Me llevo mil experiencias y muchísima gente de alrededor del mundo. Y a mis adolescentes a los que siempre recordaré y que tanto me han enseñado. Una nueva familia por la que lloraré al despedirme del aeropuerto pero que tan bien me lo han hecho pasar.

Siento un nerviosísmo similar al que tuve cuando vine. ¿Qué me encontraré una vez vuelva, cuando yo haya cambiado y mi entorno no?

Pero es una nueva aventura que tengo ganas de vivir. Espero que lo que he aprendido en Lituania me sirva para mi futuro en Barcelona.


¿Tienes alguna duda sobre qué es un voluntariado social europeo? ¿te gustaría hacer alguna pregunta a Lorena sobre su proyecto y su experiencia? ¡déjanos un comentario! ¡Estaremos encantados de contestarte!

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2 comentarios en «Voluntariado social Europeo – Entrevistas a viajeros voluntarios.»

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